WATERPOLO MASTER: CUANDO EL DEPORTE NO TIENE EDAD
En la liga territorial tenemos actualmente 6 equipos compitiendo en categoría Master, liga que comenzó como tal el año pasado, siendo uno de ellos un equipo mixto.
La liga Master a nivel internacional tiene como objetivo que adultos mayores de 30 años puedan seguir compitiendo en este deporte, sin la necesidad de pasar por los duros entrenamientos diarios, tan propios de los equipos de alto rendimiento.
Esta temporada la edad de los jugadores en Madrid llega hasta los 65 años, lo que nos habla a las claras que el balón amarillo es difícil de olvidar luego de haber “colgado oficialmente el gorro”. Los más jóvenes se incorporan a estos equipos por incompatibilidad horaria de sus trabajos o estudios superiores y los entrenamientos de competición; y los mayores simplemente para mantenerse activos como un aporte saludable a sus vidas.
Estos equipos normalmente no tienen un entrenador de forma oficial, y son los mismos jugadores quienes se hacen responsables por turnos de planificar los entrenamientos o llevar la voz cantante en cada partido. Por tratarse de jugadores con tanta experiencia deportiva, es difícil decidir la convocatoria (los equipos cuentan con al menos 20 miembros cada uno), hacer los cambios en cada cuarto o hacer correcciones durante los partidos. Si bien cada equipo quiere llevarse los tres puntos en juego en cada partido, el waterpolo master es más que nada un compendio de deporte, salud y aspecto social.
Y sin dudas, el aspecto social que desarrollan tras cada partido o incluso los entrenamientos, es uno de los motores de la vitalidad de este grupo: compartir experiencias, risas entre comidas, genera una gran camaradería y lazos de amistad que se extienden más allá del equipo de pertenencia.
Los Masters son el mejor espejo donde mirar la esencia del waterpolo. Este deporte genera compromiso con los demás, respeto entre los miembros del equipo, entrenadores y árbitros, implica disciplina en el accionar diario para mantener una vida saludable, despierta el sentimiento de superación y mejora constante, activa el autoconocimiento y permite el desarrollo integral de las personas.