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SIN OLIMPIADAS EN MADRID, EL CENTRO ACUÁTICO HA QUEDADO EN EL OLVIDO

Tras las 3 candidaturas olímpicas frustradas de Madrid (2012, 2016 y 2020), el Centro Acuático de Natación ha pasado de ser uno de los edificios emblemáticos del proyecto olímpico de Madrid, a un asunto incómodo que ningún equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid (administración propietaria de la instalación) ha sido capaz de resolver.

 

Son ya más de 15 años desde que se iniciara el proyecto, y la Natación Madrileña y Española sigue soñando con la ansiada instalación de primer nivel que la ciudad de Madrid merece.

En el proyecto inicial el coste de la instalación se cifraba en 136,7 millones de euros. En el año 2010, tras los ajustes requeridos por los organismos internacionales del Deporte para la candidatura de 2020, el presupuesto se elevó a 191,9 millones. Pese a los 100 millones de euros ya gastados en esta instalación, el proyecto ha quedado totalmente paralizado desde ese año 2010.

Sobre el fracaso de la candidatura de Madrid para celebrar los Juegos Olímpicos poco más se puede decir, aunque el alcalde de la ciudad, Martínez Almeida, anunciaba en el mes de Junio pasado que llevaría a cabo una ronda de contactos para estudiar una nueva candidatura siempre que contara con un amplio consenso social y político alrededor de la iniciativa (desde entonces no hemos vuelto a tener noticias sobre este tema).

Parece obvio a estas alturas, que se ha de realizar un serio ejercicio de remodelación del proyecto encaminado hacia los usos reales que el mismo pueda tener, todo ello enmarcado en un contexto de optimización de la inversión y de sostenibilidad futura.

Sin embargo, los casi 7 millones de habitantes de la Comunidad de Madrid (de los que aproximadamente la mitad residen en la capital) han visto como desde finales de los 80 apenas se han puesto en marcha instalaciones acuáticas que permitan un desarrollo deportivo en toda su dimensión. Prácticamente todo lo construido se ha focalizado hacia la actividad física social y el uso lúdico (igualmente necesario en una sociedad desarrollada como la nuestra).

Es una realidad contrastable que cuando a alguno de nuestros hijos, que ya han aprendido a nadar, les da por practicar deportes como la natación, el waterpolo, la natación artística o los saltos de trampolín (todas ellas disciplinas olímpicas), se tendrán que ir haciendo a la idea (ellos y sus padres) de que las once de la noche es una hora habitual para acabar sus entrenamientos en el agua. E incluso, que los grandes talentos que emergen en los municipios madrileños han de buscar acomodo en otros territorios de nuestro país e incluso fuera de España, precisamente (como uno de los principales motivos) por la falta de instalaciones adecuadas para alcanzar el desarrollo deportivo que precisan.

También resulta evidente que Madrid es una ciudad completamente desaparecida del escenario internacional en los Deportes Acuáticos. Tan solo el Centro de Natación M86 sobrevive, con sus casi 35 años de antigüedad, aglutinando prácticamente toda la competición de la Comunidad y algo de competición nacional, compatibilizándolo de forma ejemplar con la práctica deportiva de más de 8.000 usuarios. Totalmente colapsada por la gran demanda y la escasez de instalaciones con prestaciones adecuadas para la práctica deportiva.

 

La suma del fracaso olímpico en Madrid, el coste elevado, la remodelación del proyecto, la focalización por parte de las esferas políticas en actividad deportiva física social y no tanto para deporte de competición, trae como consecuencia, la desigualdad en resultados deportivos en relación con otras comunidades, menor visibilidad de los deportes acuáticos en los medios de comunicación y consecuentemente en el día a día de las personas de nuestra ciudad y por lo tanto, el olvido de la construcción de nuevas instalaciones deportivas.

 

 

Por todo ello, concluir las obras de este Centro Acuático es algo más que una iniciativa ”romántica” de quienes amamos el Deporte. Se ha de considerar como una decisión estratégica que adecúe demanda y oferta deportiva de la Ciudad de Madrid, tal y como se ha hecho recientemente en disciplinas hermanas como el Atletismo (finalización de las obras de Vallehermoso y Gallur, algo de lo que todos nos congratulamos).